Te escucho en mi mente…
Tus palabras se repiten cual disco rallado en mi cabeza
¿por qué lo dices? ¿por qué ahora?
No dejo de leer una y otra vez tus recientes confesiones
y al mismo tiempo lanzo preguntas al vacío
¿hasta qué punto nos olvidamos?
o mejor dicho, nos seguimos evocando.
¿Será que continuamos como ese ítem en el checklist?
como ese “pendiente” quizá irrealizable.
Años después dices sentirme viva en tu recuerdo
he de confesar que por momentos aún te pienso
no puedo prometerte nada
pero si la vida nos pone bajo el mismo contexto
quizá seamos capaces de darnos esa oportunidad que ansías
y brindaremos, con whisky en mano
por el pasado que es presente y que con algo de suerte será futuro.