Son pocas las marcas que se preocupan por hacer que la experiencia de un producto inicie desde su visualización en el punto de venta, raras veces atinan en el concepto que deben utilizar y en la forma en que lo deben hacer. Algunos sin embargo, como el diseñador ruso Ramm, logran crear verdaderas genialidades con consumibles cotidianos.
En este caso el “lienzo” fue una lata de cerveza y se manejaron dos conceptos:
1. El hombre trabajador del mundo industrializado.
2. La recompensa deseada por el sujeto anteriormente mencionado.
Jugando con las disposiones en escaparate, pero sin limitarlo al mismo creó este sensual concepto que personalmente me encanta. ¿Qué les parece? ¿No les recuerda un poco al juego ese de la lámpara o las piernas con el que nos llamaban mente sucia o inocentes?