Recientemente he iniciado mis clases de programación y confieso que está resultando menos sencillo de lo que pensé. Si bien los conceptos teóricos están requeteentendidos (ylas calificaciones en pruebas van de mi lado), en el aspecto práctico tengo un bloqueo mayúsculo sobre el que estoy teniendo que poner mucha más energía de la deseada.
Los rollos estos de códigos me tienen medio temperamental porque claro, siento que lo entiendo estoy feliz, veo que dudo me preocupo, veo que me trabo y me cabreo y al que tenga al lado que se prepare, que sale la yo con maldad hasta que vuelvo a neutralizarme y a estar feliz. No soy dañina, tranquilos, el proceso puede darse hasta en 3 minutos y no notarlo nadie.
Uno de mis escapes mentales está siendo la ilustración, y en este caso es precisamente unos corchetes con paréntesis los que hacen el recorrido emocional que mis estudios crean en mi, acá les presento a Mrs. Corchette, el producto de una tarde más de frustración «coderil» y «javascriptiana».
De mi cabeza a tus ojos. 
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Catherine