En mi casa eramos cinco: tres chicas, dos chicos. La ley era la tapa del inodoro siempre abajo y cuando los chicos pasen por allí que la suban, no sin antes de retirarse volverla a bajar.
Siempre me pareció lo lógico, lo natural. Siempre hasta ahora. De repente me encuentro viviendo con dos chicos y noto que soy minoría. Un día al econtrar la tapa arriba pienso ¡jo, que desconsiderados! y luego algo en mi cabeza dice ¡no, por el contrario! pensándolo bien la consideración está precisamente en el que la suban y no se deje la posibilidad de hacer un caos allí… ¡La consideración debe ser de mi para ellos! Desde entonces intento acordarme y dejarles la tapa arriba.
Me parece curioso como cambian las reglas según los participantes del juego, y como aquello que parecía ser lo normal da un giro total cuando nos modifican el contexto. Confieso que si ahora me preguntaran ¿tapa arriba o tapa abajo? no dudaría en responder: ¡depende! 🙂