A veces hay que detenerse, cambiar de contexto y despejar la cabeza… Aunque sea para luego seguir trabajando.
Hoy mi novio y yo hicimos eso.
En pleno medio día de domingo nos fuimos a la playa, nos dimos un chapuzón y trabajamos en proyectos pendientes con la arena entre las hojas, el sol en nuetra piel y el mar en nuestros oídos.
Fue la primera playita del año, que llegó quizá un tardía, pero justo a tiempo pues fue en enero. Nuestra segunda escapada del año… ¡Nada mal para no tener ni un mes en el 2013! Hoy nos dimos el lujo de disfrutar de un cambio de contexto, uno que creo debería hacerse al menos una vez al mes para mantener la cordura (y el bronceado).