Estoy en una etapa personal complicada que se caracteriza por el mucho pensar y por preguntas tipo ¿qué he hecho con mi vida? Quizá es la crisis de los 30 que va asomando su cabeza, quizá es el ver como tantas personas de mi entorno y de mi pasado van poco a poco estructurando contextos individuales y familiares que nada tienen que ver con el mío… Quizá tiene que ver con que llevo 6 meses oficialmente desempleada y encargándome sólo de proyectos personales y trabajos freelance. La verdad es que no lo sé, pero está claro que nunca he estado tan «inestable» y que nunca he estado mejor.
Ok… Probablemente frenaste en seco porque inestabilidad y estar BIEN no suelen ir de la mano, pero acá la explicación.
Tengo una empresa, bueno, dos, si contamos la ya premiada productora cinematográfica de mi hermano y aunque ninguna de las dos hacen inmensas cantidades de dinero, entre ambas están brindándome una cantidad de conocimientos y contactos que ni aunque me sentara horas a contar pudiera describirlos del todo.
Tengo el carro que quiero, aún debo la mitad, pero aquello de poder comprarte lo que realmente deseas y lo que te hacía ilusión tener cada vez que lo veías en la calle ¡no tiene precio! Que si, que sé que me pueden acusar de materialista pero las cosas como son y aquello de poder darte el lujo de satisfacer tus caprichos es de las mejores sensaciones.
No, no tengo trabajo, no sé todos los meses si veré dinero, probablemente estoy cobrando mensualmente la menor cantidad de efectivo que he facturado en los últimos 8 años y si agregamos la devaluación de la moneda podemos inlcuso estimar que de toda mi vida laboral. Pero ¿sabes qué? Increíblemente ¡estoy haciendo lo que amo!
Hace poco más de un mes por ‘obra y gracia del espíritu’, por pura y absoluta casualidad una colega de la prensa digital (Ivonne Soriano) me envió un correo pidiéndome que por favor ocupara su lugar en un viaje que sería en medio de semana. Yo lo pensé poco, la principal ventaja de ser freelance es que puedes manejar tu tiempo y me anote.
No sabía ni a qué iría ni con quien, sólo sabía el destino y conocía por arribita el itinerario, ¡pero me fui! Resulta que ese no era cualquier viaje, era un tour de prensa que se hace para certificar a empresas y proveedores de servicio turístico que responden a altos niveles de calidad, responsabilidad social y ambiental, basados en los criterios globales de turismo sostenible. Esta certificación se llama «Dominican Treasures» y si quieres saber bien en qué estoy metida y por qué estoy subiendo todas esas fotos chulas puedes leer más al respecto en: http://bit.ly/MvTCxk
Pues la cosa es que nos fuimos, el viaje fue bueno y si fuera una historia normal cualquiera diría que ahí se acabó… Excepto que no fue así. Ese fue el primer viaje pero desde entonces he ido a 3 destinos más conociendo proyectos y personas cada vez más interesantes, abriendo mi cabeza y mi corazón con cada una de las distintas realidades, causas y aventuras. Familiarizándome y compartiendo experiencias con un grupo que hace nada eran desconocidos y que ahora se siente como si fueran amistades de toda la vida. Y aunque no tengo empleo estoy trabajando más que nunca, porque tengo el reto personal de escribir mis experiencias sobre TODO lo que conocemos, seleccionar las mejores imágenes y subirlas a Quemashago.com.
Estoy amaneciendo y acumulando ridículas cantidades de pendientes pero… Estoy tan increíblemente feliz que hace unos días me di cuenta que sin querer y sin realmente tener un empleo, he llegado a tener el trabajo que siempre soñé, uno que me permite viajar, conocer, explorar, sentir y luego comunicarlo de forma escrita y visual. ¿¡Qué más puede pedir una persona como yo!?
Sinceramente, esto es más de lo que podía soñar de regalo ¡y pensar que aún faltan 2 semanas para mi cumpleaños y que el 2014 apenas empieza!
De corazón quiero dar las gracias a todos los que me están apoyando en estos bizarros meses de mi vida, por su paciencia, cariño, comprensión y ánimo. Desde mi madre hasta el novio, desde las viejas amistades hasta los nuevos colegas, gracias de verdad por llenarme de tantas cosas buenas que ni con mis habilidades de expresión soy capaz de definir.
Hoy soy feliz y lo mejor es que no es cosa de un rato o de un día… Caramba, sin miedo de pecar de cliché te digo: ¡que bien se siente amar lo que haces y hacer lo que amas! (sinceramente creo que deberías intentarlo tu algún día)
De paso, en este link puedes ver todos los artículos que a la fecha he escrito sobre mis aventuras con este grupo: http://bit.ly/1kVBlJm Te recomiendo entrar con frecuencia porque ¡aún falta mucho por contar! 😉