Yo voté, ejercí mi derecho, cumplí con mi deber. Expresé mi inconformidad hacia la mediocridad que nos ahoga y hacia la corrupción que nos aniquila.
Voté, no por el menos malo, ni por el que me puede convenir a nivel personal, voté por lo que creo puede hacer un cambio en la patria que me vio nacer, por lo que mi razón dicta es lo mejor para honrar el legado de tantos hombres y mujeres que murieron para que un día como hoy yo pueda decidir mi futuro y el de mi nación.
Lo único que se compró hoy con mi voto fue mi paz de conciencia, fue la tranquilidad de que aposté por una mejor República Dominicana, porque utopías y aparte, aún mantengo la leve esperanza de que en mi tiempo de vida mi país recibirá el gobierno que le deseo, el gobierno que me merezco, el gobierno que me hará sentir orgullosa de ser dominicana.
Yo voté, como he hecho antes y como volveré hacer en los próximos 4 años, porque si algo tengo la dicha es de haber nacido en una época en donde puedo darme el lujo de siendo mujer y mulata poder levantarme, dirigirme a las urnas y con la frente en alto hacer sentir mi voz.
Y tu, ¿ya votaste?¿podrás dormir en paz esta noche?¿tendrás una conciencia tranquila hasta los próximos comicios?